El gasto directo e indirecto en cloud será de un billón de dólares en cinco años

Corporativo

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No hay duda de que esto convertirá a la computación en la nube en una de las fuerzas más disruptivas en el gasto de TI desde los primeros días de la era digital. Y no sólo se habla ya de estrategias Cloud-first, sino también de Cloud-only.

Una suma abultada, sin duda, pero tiene los visos de cumplirse. Si ya en nuestro post del pasado 5 de julio comentábamos que en el 2020 una política empresarial “no-nube” será tan inconcebible o insostenible como prescindir de internet hoy en día, hoy traemos a nuestro análisis otro interesante dato que nos aporta la consultora Gartner en un reciente comunicado del pasado mes de julio: en los próximos cinco años, de aquí al 2020, la suma del gasto de los departamentos de TI tanto de forma directa como indirecta alcanzará esa mágica cifra.

Y es que la estrategia digital de la que es pieza fundamental la tendencia cloud-first está calando en las prioridades de todo tipo de empresas, como por ejemplo la banca. Francisco González, presidente de BBVA, resaltaba en el Foro Económico Mundial celebrado en Davos la importancia de la tecnología, hasta tal punto que resultará clave para transformar su entidad financiera en una compañía de servicios digitales.

La nube es indudablemente un negocio en pleno crecimiento. Así lo demuestran los recientes resultados trimestrales de los líderes del sector, como los de AWS (Amazon) o los de Azure (Microsoft), con crecimientos de doble dígito en sus operaciones.

De un tiempo a esta parte, cualquier empresa que quiere ser más flexible, más productiva, más ágil y todo ello reduciendo costes, está optando por los servicios que se ofrecen a través de la nube, independientemente de su tamaño y de su sector.

Paralelamente la propia Administración Pública es también su impulsora de forma directa e indirecta mediante la difusión del empleo de tecnologías como la facturación electrónica, por poner un ejemplo. Recordemos que la Comisión Europea ha puesto en marcha dentro de la Agenda Digital Europea la estrategia para «Liberar el potencial de la computación en nube en Europa». Esto se refleja en una resolución de hace poco más de un año publicada en el BOE en la que se convocaban ayudas del programa de fomento de la demanda de soluciones de computación en la nube para pequeñas y medianas empresas.

El gasto de los departamentos de TI está cambiando, al pasar de un modelo de provisión tradicional de TI a invertir en la nube. Es lo que se conoce como “cloud shift” (el paso a la nube) que, según Gartner, supondrá una inversión de unos 111.000 millones de dólares en el 2016 y llegará a los 216.000 millones en el año 2020. Analizando los diferentes segmentos del mercado cloud, se estima que BPaaS (Business Process as a Service, la externalización de procesos de negocio) se llevará un 43%, SaaS (Software as a Service, las aplicaciones de software) un 37%, PaaS (Platform as a Service) un 10% y IaaS (Infrastructure as a Service) un 17%.

Pero esta transición no está exenta de riesgos: es preciso identificar los efectos indirectos que supone, como pueden ser la protección de datos o el abordaje de nuevas oportunidades -como la tendencia de IoT (Internet de las Cosas)-. Para eso lo mejor es contar con un aliado como Intelligence Partner que pueda orientar la visión estratégica y llevarnos de la mano con plena confianza por el camino hacia esta transformación radical.

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